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Dolor abdominal funcional

Fecha de publicación: 25/02/2020

Autoría
Pedro Alonso López (CS Dos de Mayo, Móstoles), Gonzalo Galicia Poblet (Hospital Universitario de Guadalajara)

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¿Qué es?

Es una entidad benigna y frecuente de la infancia, que consiste en episodios de dolor abdominal real, no imaginario ni fingido. Normalmente, los episodios en cada paciente se presentan con similares características, aunque su intensidad y recurrencia es muy variable de unos niños a otros.

¿Por qué se produce?

El origen de este tipo de trastornos es desconocido, aunque se han descrito diversos factores que participan en su aparición, tales como un umbral individual del dolor disminuido o la presencia de estímulos estresantes (tanto físicos como psíquicos).

¿Cómo se diagnostica?

Inicialmente es fundamental descartar la presencia de signos de alarma mediante una historia clínica y exploración física detalladas. Posteriormente, en función de los hallazgos en esa primera valoración, es posible que su pediatra realice alguna prueba complementaria, con el fin de des­cartar otros procesos de tipo orgánico que pudieran ser causa del dolor abdominal. Las diferentes pruebas se solicitarán de forma individualizada en función de la evolución de cada paciente.

¿Cómo se trata?

El dolor abdominal funcional es un proceso recurrente y autolimitado, que tiende a desaparecer a medida que se completa el desarrollo del niño. Las medidas más eficaces encaminadas a controlar los episodios suelen ser de tipo psicológico (seguridad de que el proceso es benigno, relación de confianza con sus cuidadores y su médico, identificación del episodio de dolor como “habitual” por sus características y técnicas de relajación), si bien, de forma ocasional, es necesaria la admi­nistración de algún medicamento.

Signos de alarma

  • Dolor persistente en el lado derecho del abdomen.
  • Interferencia habitual con el descanso del niño por las noches.
  • Que el dolor se desplace hacia la espalda o las piernas.
  • Dificultad o dolor al tragar.
  • Vómitos persistentes.
  • Diarrea nocturna.
  • Presencia de sangre en las deposiciones.
  • Pérdida de peso involuntaria.
  • Rechazo de la alimentación o desaparición del apetito.
  • Disminución de la velocidad de crecimiento.
  • Retraso en el desarrollo puberal.
  • Fiebre sin otras causas que la justifiquen.
  • Síntomas no digestivos asociados.
  • Presencia de lesiones alrededor del ano.